La plaza mayor de la villa está enteramente soportalada, es una delicia porque conserva pequeñas tiendas al estilo de hace 50 años, mezcladas con recias columnas de piedra y portales de lo mas noble, sillares, escudos ocultos en un dintel y destacan en la calle por la que se accede desde el Sur la casa de los Leones (sede de la Oficina de Turismo), que cuenta con dos portentosos escudos de talla filigrana, dejando huecos horadados en la piedra arenisca increíblemente conservados. Contigua a ella por un callejón se accede a otra plaza triangular, la de la Cruz, rodeada de algunas casas blasonadas, una de ellas sede del Museo Etnográfico “Piedad Isla” en lo que fue el Palacio de los Gutiérrez Pérez de Mier, consejeros del condestable de Castilla D. Pedro Fernández de Velasco, con 4 escudos de armas, varias ventanas y puertas con arcos de medio punto y carpanel. Frente al mismo, una pequeña ermita barroca de piedra arenisca roja, con una rara espadaña y en cuya fachada se incrusta una hornacina con un cristo de piedra, debajo de ella un gran escudo con ángeles y una curiosa representación de Adán y el Árbol del Paraíso. En la subida subida a la iglesia, como presidiendo la villa, se alza otro imponente palacio, el de los Gil, fajado por dos esquinas a modo de columnas cilíndricas, en cuya parte superior van esculpidos sendos escudos, portada en arco carpanel y dos escudos más. Otro portentoso palacio es el de la Bolera, de piedra blanca y escudos nobiliarios, situado en un parque del mismo nombre cerca ya del río. Curioso rincón es el del puente de la carretera de Aguilar sobre el Pisuerga junto a una roca enorme, desde cuya cima también se divisa toda la Villa. |
Hay mucho arte civil en obras de cantería con fachadas y escudos, y de ebanistería en muebles dispersos por muy distintas casas. También ha de fijarse el viajero en numerosos detalles de los aleros de las casas con sus cabezuelas talladas, pero destacamos por su importancia en Cervera, la iglesia de Santa María del Castillo que conserva una pintura primorosa del s. XVI, la adoración de los Reyes, realizada sobre tabla por Juan de Flandes, encajada en un retablo de estilo gótico atribuido a Felipe Vigarny. Así como la capilla funeraria lateral de los Gutiérrez de Mier; el retablo policromado del altar mayor, que es barroco y de gran valor en los bajorrelieves, atribuidos a un maestro de Cervera, Gil del Barrio. Además contiene una pieza gótica muy buena, la patrona Santa María del Castillo, y también un Cristo gótico–de las Batallas- por lo que compensa el gran valor de esta iglesia. |
· Vistas panorámicas: La vista más sencilla es la que da la terraza del Parador hacia el Oeste, con el pantano de Ruesga a los pies del pico Almonga. Desde el cementerio nuevo por encima de la iglesia, sobre todo al amanecer cuando las nieblas están posadas, muestra una panorámica de la villa y su valle atravesado por el Pisuerga, rodeado de prados y choperas. |
· Museo de Piedad Isla: Piedad Isla fue una mujer valiente, maestra de ofi cio, que recorrió la Pernía prendada de su riqueza etnográfica y que fue con paciencia comprando aperos y herramientas por los pueblos hasta conseguir una colección de más de 200 objetos que hoy podemos admirar en este maravilloso museo. En él se muestran los quehaceres de la vida que durante siglos discurrió y trazó la economía de subsistencia |
de la zona. Además se muestran objetos de oficios como el de carpintero, labrador, minero, herrero, zapatero, así como los juguetes, los vestidos o los instrumentos musicales. Por último, más de 300 fotografías antiguas de gentes de la comarca hacen de él una historia gráfica de mérito. |
· Eremitorio: A 1 km en dirección Sur-este por un camino bien señalado podemos visitar una necrópolis con numerosas tumbas talladas en la roca. Verdaderamente llamativa ya que conserva anexa una ermita de una sola bóveda excavada enteramente en una burbuja rocosa, con cuatro huecos a modo de ventanales en lo que debieron considerar los eremitas que lo habitaron un espacio espiritual único donde refugiarse, orar y dedicarse a la contemplación. |