Pequeño pueblo de la Serranía de Ronda, en Málaga, situado en el Valle del Genal y conocido por su encanto rural, su castillo medieval y sus tradiciones culturales.
Benadalid es un pequeño municipio de la provincia de Málaga, en Andalucía, España. Está situado en plena Serranía de Ronda, dentro del Valle del Genal. Se encuentra a unos 700 metros de altitud y cuenta con poco más de 230 habitantes, lo que le da un ambiente tranquilo y acogedor, típico de los pueblos blancos andaluces. Sus calles estrechas y casas encaladas reflejan la arquitectura tradicional de la zona.
El entorno natural de Benadalid es privilegiado. Rodeado de bosques de castaños, encinas y alcornoques, es un lugar ideal para practicar senderismo y disfrutar de la naturaleza. Sus paisajes montañosos permiten contemplar panorámicas únicas de la Serranía de Ronda y conectar con otros pueblos cercanos como Algatocín, Gaucín o Ronda.
Benadalid es un destino perfecto para quienes buscan tranquilidad, historia y naturaleza en un entorno auténtico. Su castillo, su iglesia y sus fiestas lo convierten en un lugar con mucho encanto dentro del Valle del Genal.
Uno de sus principales atractivos es el Castillo de Benadalid, una fortaleza de origen romano y árabe que fue reconstruida en época medieval. Hoy en día se utiliza como cementerio, pero todavía conserva murallas y torres que ofrecen unas vistas espectaculares del valle y de los pueblos vecinos. También destaca la Iglesia de San Isidoro, construida en el siglo XVI, que combina elementos mudéjares y barrocos.
En cuanto a sus tradiciones, Benadalid celebra fiestas en honor a San Isidoro, con procesiones, música y actividades populares. Además, a lo largo del año se organizan eventos culturales como pasacalles, espectáculos de música y actividades navideñas. La gastronomía local también es un atractivo, con platos típicos como la sopa de tomate, el gazpacho caliente y embutidos artesanales.
Fiesta de Moros y Cristianos de Benadalid: Benadalid, con su encanto andalusí, celebra la Fiesta de Moros y Cristianos cada año, una fiesta cargada de historia y tradición. A finales de agosto, en honor a su patrón, San Isidoro, el pueblo se convierte en escenario de una representación teatral en verso, donde se recrea el levantamiento mudéjar de 1501 en Sierra Bermeja. Durante dos días, los habitantes participan en esta contienda simbólica que culmina con la victoria del ejército cristiano y la conversión de los infieles.