La comarca de Olivenza es una de las más adehesadas de Extremadura. De los 1.600 kilómetros cuadrados que ocupa, nada menos que 700 están ocupados por dehesas. Destaca la importancia ecológica de la vegetación de rivera que puebla las orillas del Guadiana y de los riachuelos que cruzan la comarca. |
Este ambiente natural se enriquece además con dos ZEPAS (Zona Especial de Protección de Aves) y un Corredor Ecológico de la Biodiversidad en el río Alcarrache, cercano a Villanueva de Fresno e Higuera de Vargas. Sin embargo, es el acento portugués que destila esta zona de la raya luso-extremeña lo que confiere esa impronta peculiar a la comarca en su historia, en el patrimonio histórico artístico, en sus típicas fiestas y hasta en la gastronomía. |
En la comarca abundan los yacimientos arqueológicos de tiempos remotos, con muchos dólmenes prehistóricos, restos celtas, romanos y visigodos. |
En la Edad Media los templarios castellanos repueblan la zona y adquieren gran protagonismo en la comarca. Tanto los caballeros de la Orden del Temple como diversas familias nobles de la época levantaron impresionantes fortalezas que han llegado hasta nustros días en buen estado de conservación, presidiendo desde ubicaciones privilegiadas el espacio geográfico de todos estos municipios. También es una herencia medieval el Fuero del Baylío, que aún hoy tiene aplicación en la comarca, hundiendo sus raíces en el derecho celtibérico y visigodo. |
Al margen de esto, un impresionante patrimonio ligado a la arquitectura popular configura esta franja de Extremadura como uno de los más ricos enclaves de la región, desde el punto de vista patrimonial. |
Flora. La típica del clima mediterráneo: encinas, alcornoques, olivo, madroños, unidas a las que conforman la degradación de algunos terrenos, como jaras, retamas, coscojas... |
Fauna. Entre las aves destacan cigüeñas negras, elanios azules, búhos reales, águilas culebreras. Mamíferos: liebre, conejo, jabalí, zorro. Peces: jarabugos, bogas, tencas... |